September 17, 2007

Un espacio para disfrutarlo

Mi amiga Sam, a pesar de la cantidad de años que tenemos compartiendo historias de vida, no comprende la cantidad de problemas dentales que he tenido yo en la mía. Me dice que no conoce a otra persona (y miren que ella conoce gente) la cual visite el dentista con más frequencia que yo. Estoy de acuerdo con Sam en que, para el sin número de veces que he tenido que postrar mi bello cuerpo y respirar con paciencia bajo la luz y los aparatos de dentistas, lo mínimo que debo tener es una dentadura como la de Catherine Zeta Jones.

La suerte es que yo no pierdo la alegría y el buen sentido del humor. Hasta sin dientes siempre me he reido mucho y a carcajadas. Hasta cuando tenía mi "caja de dientes" a los 9 años (sí vayase enterando que yo duré un tiempo sin dientes) vivía feliz de la vida y cuando los compañeros de la escuela me burlaban yo les respondía sacandome la caja de dientes y haciendoles varias versiones de ‘viejita’ y salían corriendo. Yo me quedaba atrás riendome e indignada con lo cobarde que eran. Porque como es que te burlas de alguien y luego le sales corriendo?

Por la fabulosa pose que tengo en la foto anexa, se darán cuenta que este blog se trata de ese espacio que ahora tengo entre los dientes. Señores...hay que tener paciencia! Les cuento, un domingo reciente estaba yo en casa de mi tía, hablando precisamente de pérdidas, y con mucho estilo limpiandome los dientes con hilo dental (porque cualquiera diría que que me estaba dando una jartura de concón, mordiendo un chicharón o comiendome una canquiña)...y de repente sentí que se me cayó un diente. Nada, tratando de disimular y de forma discreta, entretengo la corona en la boca y logro posicionarmela otra vez en su sitio. Continué la conversación hasta que pude pararme al revisar el área afectada en el baño. Inmediatamente me ví en el espejo, hice todo tipo de muecas. Es divertido, tratalo cuando puedas. Pensé: "Y entonces Wendy Soto?, ponte ese diente rápidamente y continúa con tu vida" Y me estalló una carcajada mientras pensaba en las sorpresas de la vida...lo que me faltaba...ahora 'diente menos'..." Y así mismo regresé al lugar de la reunión con mi corona muy bien puesta y seguí como si nada.

En el momento, la conversación a mano era mucho más importante que el diente que se me acaba de salir de sitio, así es que traté de mantener la calma. Luego de pronunciar varias palabras, me excusé nuevamente y regresé al baño a acomodarme la bendita corona, pero la muy ocurrente no tenía ningún interés de quedarse en su sitio. Cuando regresé al grupo, puse la cara algo parecido a la foto que ven aquí y expliqué lo sucedido, que me quité la corona y la guardé por miedo a tragármela. La conversación estaba muy interesante y yo estaba hablando mucho, lo último que necesitaba era que se me cayera la susodicha y que me la tragara. Encima de la ‘olla’ que tengo encima, no puedo permitir que se me pierda en el inodoro la bendita corona...Señores...nada más y nada menos que de porcelana. Y é fácil? Yo guardé esa vaina juyendo. Ahí la tengo en la cartera para cuando pueda ir al dentista o por si se me presenta una entrevista de trabajo pegarmela con un chicle porque bonita que me voy a ver...
“Mire usted Señor Ejecutivo, resulta que (y sonrío cariñosamente como en la foto) estoy buscando trabajo” No mi amor...no se puede perder el glamour. Si algo he aprendido en este País es que las apariencias no engañan...hablan y a veces mucho más fuerte y pronunciado que las palabras.

Entonces, en estos días esa es la nueva dinámica que me acompaña, un diente menos. Les mando este blog para compartir las siguientes lecciones aprendidas:
* Se puede manejar un diente en la boca mientras tratas de disimular que se te cayó el mismo y dices....hmm, mmjú o uh uh, pero si habres la boca que sea para sacártelo porque corres el riesgo de tragártelo.
* Cuidado con los espacios en los dientes, cuando hablas salpicas de saliva a todo el que está al rededor si no tienes cuidado. Para referencias, pregúntenle a Crucita.
* Si has tenido una corona, te queda una especie de ‘tornillo’ (fígense en la foto es dorado) que te perfora la lengua cada vez que puede. Muy divertido, les aconsejo no terminar su vida sin vivir esta experiencia. Es más yo les aconsejo que llamen a su dentista compulsivamente hasta que les saque un diente y les pongan una corona :)
*Si tienes hijos pequeños, prepárate para el questionamiento y la forma en que te ayuda a buscarle soluciones. Ciara no se cansa de decirme no importa que “no tenga diente” soy la madre más bella y amada de todo el universo. Que bella es la vida, no?
*Los espacios entre dientes no interrumpen ninguna actividad amorosa y mucho menos sexual. Claro está, cuando tu pareja está en ti.
*Un diente menos puede ser lo que te acuerde todos los días que hay espacios que simplemente hay que disfrutarlos y nada más.